Estrategia de inversión del portafolio permanente

Estrategia de inversión del portafolio permanente

El portafolio permanente es una estrategia de inversión que fue inventada por Harry Browne en los años 1980.

Ver La Cartera Permanente: La estrategia de inversión creada por Harry Browne

Consiste en dividir el capital en cuatro partes iguales y asignarlas a cuatro tipos de activos: acciones, bonos, oro y efectivo. El objetivo es crear un portafolio que sea resistente a las fluctuaciones del mercado y que ofrezca un rendimiento constante a largo plazo.

Tabla de contenidos

Ver también CÓMO CREAR TU CARTERA DE INVERSIÓN CON 5 IDEAS

El portafolio permanente se basa en la idea de que cada uno de los cuatro activos tiene un comportamiento diferente ante los cuatro posibles escenarios económicos: crecimiento, recesión, inflación y deflación. Así, se busca que el portafolio tenga siempre algún activo que se beneficie de cada situación y que compense las pérdidas de los otros.

El portafolio permanente es una estrategia simple y fácil de implementar, pero también tiene sus limitaciones y riesgos. Algunas de las críticas que se le hacen son: que no tiene en cuenta las condiciones específicas de cada país o región, que no se adapta a los cambios estructurales de la economía, que puede tener un rendimiento inferior al de otras estrategias más dinámicas y que puede sufrir pérdidas importantes si se produce una crisis sistémica que afecte a todos los activos.

Estrategia de inversión del portafolio permanente

Ejemplo de un portafolio permanente

Debes dividir tu portafolio en 4 categorías. Cada uno tendrá que representar el 25% del total de tu portafolio.

  • 25%: en acciones de EE.UU., te darán una buena rentabilidad durante las épocas de crecimiento económico. Te recomiendo invertir en un ETF S&P500. Así tendrás acceso a todas las acciones de una sola vez, tendrás buena diversificación.
  • 25%: en obligaciones de largo plazo del estado («long term treasury bonds»). Funcionan bien durante épocas de deflación y épocas de crecimiento económico (no rinden bien en otros escenarios).
  • 25%: en liquidez (dinero no invertido) en caso de recesión. También pueden ser obligaciones de corto plazo.
  • 25%: metales preciosos (oro, plata).

Así de sencillo.

Al final de cada año miras la evolución de tu portafolio y lo «balanceas» de nuevo para alcanzar la repartición de 25%

Ventajas del portafolio permanente

El portafolio permanente es una estrategia de inversión que fue inventada por Harry Browne en los años 1980. Consiste en dividir el capital en cuatro partes iguales y asignarlas a cuatro tipos de activos: acciones, bonos, oro y efectivo. El objetivo de esta estrategia es reducir el riesgo y la volatilidad de la cartera, aprovechando las ventajas de cada activo en diferentes escenarios económicos. Algunas de las ventajas de El portafolio permanente son:

  • Es fácil de implementar y mantener, ya que solo requiere ajustar las proporciones de los activos una vez al año para mantener el equilibrio.
  • Es resistente a las crisis financieras, ya que cada activo tiene un comportamiento diferente ante las variaciones del mercado, la inflación, el crecimiento y la deflación.
  • Es rentable a largo plazo, ya que ofrece una rentabilidad promedio superior al 7% anual desde su creación, superando a otros índices bursátiles como el S&P 500 o el MSCI World.
  • Es adecuado para inversores conservadores, ya que minimiza las pérdidas potenciales y ofrece una mayor estabilidad y seguridad que otras estrategias más agresivas.
Estrategia de inversión del portafolio permanente

Inconvenientes del portafolio permanente

El portafolio permanente también tiene algunos inconvenientes que conviene conocer antes de adoptarlo. En primer lugar, se trata de una estrategia pasiva que no aprovecha las oportunidades que pueden surgir en el mercado. El inversor debe mantener la misma proporción de activos durante todo el tiempo, sin importar si alguno de ellos está sobrevalorado o infravalorado. Esto puede limitar el potencial de crecimiento del portafolio y hacer que se pierda rentabilidad a largo plazo.

En segundo lugar, el portafolio permanente puede tener un rendimiento inferior al de otros portafolios más adaptados al perfil y a los objetivos del inversor. Por ejemplo, un inversor joven que busca maximizar su capital puede preferir una mayor exposición a las acciones, que tienen más riesgo pero también más rentabilidad esperada. O un inversor que busca preservar su poder adquisitivo puede preferir una mayor exposición al oro, que actúa como refugio ante la inflación.

En tercer lugar, el portafolio permanente puede tener un alto costo fiscal y operativo. Al mantener la misma proporción de activos, el inversor debe realizar ajustes periódicos para reequilibrar el portafolio. Esto implica vender los activos que han subido y comprar los que han bajado, lo que genera comisiones y posibles impuestos por las ganancias obtenidas. Además, el inversor debe estar atento a las fluctuaciones del mercado y realizar los ajustes con la frecuencia adecuada.

En conclusión, el portafolio permanente es una estrategia de inversión que busca obtener una rentabilidad constante ante cualquier escenario económico, pero que también tiene algunos inconvenientes que pueden afectar su desempeño a largo plazo. Por lo tanto, el inversor debe evaluar si esta estrategia se ajusta a sus necesidades, preferencias y objetivos financieros.

Estrategia de inversión del portafolio permanente

Desempeño del portafolio permanente

Vamos a ver lo que se hubiera ganado desde 1.980 usando esta estrategia. Para calcular cuánto hubiera ganado desde 1980 el portafolio permanente, se puede utilizar un simulador online que tenga en cuenta los precios históricos de los activos y las comisiones asociadas. Por ejemplo, en el sitio web portfoliocharts.com se puede introducir la fecha de inicio, el importe inicial y la distribución de los activos.

Según este simulador, si se hubiera invertido 10.000 dólares en el portafolio permanente el 1 de enero de 1980, se habría obtenido un saldo final de 226.519 dólares el 31 de diciembre de 2020, lo que supone una rentabilidad anualizada del 6,6%. Este resultado es superior al que se habría obtenido con un portafolio compuesto solo por acciones (5,8%) o solo por bonos (5,4%), pero inferior al que se habría obtenido con un portafolio compuesto solo por oro (7,3%).

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